¡Amantes del chocolate, el placer ha llegado para vosotros! Aquellas personas que aman el chocolate, se acaban convirtiendo con el tiempo en verdaderos expertos. Conocen de grados, de texturas, de sabores y acaban teniendo sus propias preferencias: chocolate blanco, negro 70%, chocolate con leche y almendras… las opciones son ¡un montón!
Pero ¿cuál de ellos será el mejor? Las catas de chocolate cada vez son más comunes. Y a la próxima, puedes unirte tú.
¿Cómo es una cata de chocolate? ¡Te lo contamos!
Una cata de chocolate
Lo más común entre las catas es la de vinos. Y lo curioso es que no existen demasiadas diferencias entre una cata de vinos y una chocolate. Y es que ambos coinciden en que las levaduras y bacterias presentes en la aromatización del chocolate y el vino son las mismas. Razón por la cual, existen profesionales capaces de identificar un vino o un chocolate bueno.
El proceso de elaboración y producción es lo que determina la variedad aromática. En este proceso, se destacan tres pasos:
- La producción: dependiendo del tipo de planta en la que crece el producto, la zona de cultivo y el clima se puede obtener un tipo de chocolate u otro.
- La fermentación y secado: En este momento se desencadenan varias reacciones químicas que alteran naturalmente el cacao, dándole su aroma único dependiendo del tipo de cacao y el desarrollo de cada proceso.
- El tostado: En este punto, el proceso de tueste determina el aroma del cacao, que es más o menos chocolate dulce.
Tips para ser un buen catador del chocolate
Por si te animas a unirte a ser un catador de chocolate para escoger el perfecto para tu evento, te damos los siguientes consejos que tienes que tener en mente:
- La temperatura óptima del chocolate ha de ser de 20ºC.
- Si estas en ayunas o has comido demasiado, la cata puede verse distorsionada. Escoge un momento en donde hayan pasado horas desde tu última comida
- Ten al lado un vaso de agua o pan para limpiar el paladar antes de cada degustación.
- Una buena cata se compondrá de 5 chocolates. Y habrá que empezar por los suaves. Los blancos o los de chocolate con leche.
- Al acabar la cata, hay que disfrutar de una copa de vino o champagne para coronar la experiencia.